Explorar los talentos requiere, entre otras cosas, desarrollar algunas fortalezas personales y sociales. A veces se confunde lo que significa tener talento y desarrollar fortalezas. En esta entrada reflexionamos sobre ello con el ánimo de aclarar por qué es tan importante tener presentes y desarrollar tanto el talento como las fortalezas.
Por ejemplo, cualquier pintor famoso, piensa por ejemplo en Picasso, demostró tener talento para la pintura desde muy temprana edad, pero sólo el trabajo continuo y el esfuerzo en la búsqueda de nuevos lenguajes pictóricos le permitió llegar a desarrollar su potencial en forma de obras maestras de inigualable valor. Sin este esfuerzo quizás no hubiera pasado de ser un pintor con talento como muchos otros, a ser un pintor absolutamente genial y único. Las fortalezas personales son fruto del esfuerzo y podemos hacerlas crecer si utilizamos la voluntad para hacerlo.
Una fortaleza es la capacidad de ofrecer un desempeño casi perfecto de manera continua en una actividad específica, puede ser una tarea, un trabajo o una actividad cotidiana como charlar con nuestras amigas. Los talentos son habilidades más innatas con las que las personas nacemos, o se crean por repetición de patrones de pensamientos, sentimientos o comportamientos. Es interesante que exploremos nuestros talentos, que dediquemos tiempo a desarrollarlos, combinándolos con conocimientos y habilidades y que nos esforcemos por sacar lo mejor de ellos, porque de esa forma creamos nuestras fortalezas.
Se trata de no dejar olvidados nuestros talentos, sino al contrario, jugar y disfrutar de ellos, modelarlos, pulirlos, refinarlos, utilizarlos como la luz que nos orienta a los conocimientos y habilidades que nos hacen ser mejores.
Si dedicamos tiempo a desarrollar nuestros talentos, el esfuerzo y la energía invertida nos da todavía más energía porque estamos inmersos en aquello que nos apasiona, las posibilidades de crecer y mejorar son numerosas, diversas, infinitas y nos llevarán a desarrollar fortalezas que nos ayudarán a que nuestro trabajo sea efectivo, a que nos sintamos satisfechos, orgullosos de nuestro trabajo, de nuestras habilidades, a que nos sintamos capaces de hacer, de construir, de lograr aquello que deseamos o aquello que ni siquiera un día imaginábamos.
Por ejemplo, una persona puede tener el talento de cautivar a los demás con la palabra, pero ese talento nos ayuda a ser mejores si, por ejemplo, se cultivan las fortalezas necesarias para negociar, para transmitir unas ideas o unos conocimientos a un público determinado y aprendemos a cómo hacerlo en el momento, contexto, con los medios, etc. adecuados para lograr nuestro objetivo.
Tenemos que saber aprovechar nuestros talentos para que jueguen a nuestro favor, y por eso tenemos que dedicar tiempo a desarrollar algunas fortalezas, que en cada caso serán diferentes.
Todos tenemos a algunas personas a las que admiramos, nos asombramos por lo que han conseguido, nos deja con la boca abierta sus obras de arte, nos hacen llorar sus canciones, nos transportan a otro mundo sus logros científicos, pero debemos ser conscientes que el talento de estas personas que admiramos, no es lo único que ha hecho posible sus resultados, sus creaciones, sino el grandísimo trabajo y esfuerzo que hay detrás, el larguísimo camino en el que se han desarrollado las fortalezas que les han ayudado a ser excelentes y así, poder regalarnos el placer de ver, escuchar, leer,…sus obras, o el placer de sentir admiración ante sus inventos o logros.
Piensa en una persona a la que admiras, puede ser de cualquier disciplina, puede ser contemporánea o de otro tiempo. Imagina cómo debía ser de niño o de niña, imagina todo lo que ha debido hacer a lo largo de su vida para lograr lo que a ti tanto te alucina de él o ella. ¿Cuáles son sus talentos? ¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Cómo ha logrado tener ese o esos talentos? ¿Cómo ha logrado desarrollar esas fortalezas?
